Medio siglo después de que una Marilyn Monroe desnuda estrenara sus páginas centrales, augurando la consiguiente revolución sexual de los sesenta, Playboy aparece hoy como el buque insignia de un imperio comercial consagrado al entretenimiento para adultos. En pleno proceso de adaptación a las nuevas tecnologías - desde la televisión por cable hasta los servicios vía internet o las nuevas plataformas inalámbricas- la publicación que tiene como enseña al famoso conejito busca otras audiencias y se prepara para lanzar una versión gay de la revista ideada por Hugh Hefner en 1953.
"Allí donde el mercado gay es significativo estamos dispuestos a ofertar una revista específica para esa demanda, y probablemente lo haremos este mismo año con el Reino Unido como punto de partida", ha confirmado al británico The Times la hija del fundador, Christie Hefner, quien ejerce de directora ejecutiva de Playboy Enterprises. La nueva aventura - de la que Hefner no ha querido desvelar mayores detalles- forma parte de la estrategia del grupo estadounidense para diversificar sus actividades, que el año pasado le reportaron unos ingresos de casi 300 millones de euros. Con una circulación de tres millones de ejemplares, la revista de las Playmates ha logrado remontar el bache de los últimos años - la caída de los ingresos publicitarios ante la dura competencia de Maxim, FHM o Staff- y vuelve a resultar rentable, aunque sus beneficios todavía resultan discretos. Paradójicamente, la publicación que fue diseñada en su día como reflejo de un estilo de vida sofisticado para hombres ejerce ahora de gancho indiscutible para las féminas, que han convertido su nueva línea de productos en una de las actividades más lucrativas del negocio.
La ropa y accesorios con la etiqueta Playboy se venden con éxito en grandes almacenes de algunas capitales europeas, como Selfridges en Londres o Colette en París. En esta política de ampliar horizontes, la incursión en nuevos mercados apunta hoy al público homosexual, con un futuro desembarco del Playboy gay en las islas británicas que pretende ejercer de imagen de marca cara a otras propuestas de la firma.
La venta de videoclips dirigida a los usuarios adultos de teléfonos móviles es una de las iniciativas que ultima Christie Hefner, de 53 años, quien desde 1988 lleva las riendas de la compañía todavía con el apoyo de su padre en calidad de creativo del grupo. El estilo de vida de este último, quien sigue habitando la famosa mansión Playboy, con capacidad para acomodar hasta mil invitados en sus lujosas fiestas, ha sido objeto de las críticas de los accionistas de la compañía, propietaria de un inmueble valorado en más de 40 millones de euros. Pero su hija sigue defendiendo esta opción como exponente de un "estilo de vida Playboy que concede a la marca su personalidad y valor", con "un coste modesto si se compara con el presupuesto que exigiría la publicidad de nuestros productos". Una promoción que, a lo largo de los años, han comprendido guapísimas y famosas mujeres como Sharon Stone, Kim Basinger y Cindy Crawford
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