Tuesday, March 06, 2007

Hacé que tu caja boba sea un poco más inteligente

La vieja y querida videocasetera tiene los días contados, o casi. ¿Por? Una de las pocas ventajas que venía conservando -la de grabar- está a punto de serle arrebatada definitivamente. Videograbadoras de DVD hay pocas, pero como alternativa bastan un soft y una placa que hacen todo más fácil y mejor. Ahorran preocupaciones tales como poner la cinta "en punta" para no borrar nada importante. E incluso los rezos para que se la banque y no haga de la tele una cebra.O, peor, que la maldita cinta no quede atascada entre cabezales y engranajes. Salvo que se corte la luz, si mandás la tele derecho a la PC, grabás con calidad óptima y tenés imágenes con vida eterna.

Aunque las veas doscientas veces, la imagen y el sonido digital (grabados en el disco rígido o directamente en un DVD-R) tendrán calidad de origen . También podés grabar horas y horas sin problemas, dependiendo tan sólo de la capacidad del disco rígido o de los DVD vírgenes. También podés editar la publicidades, léase borrarlas. Y, si algo no se grabó como se quería, se graba, se regraba y se recontragraba sin perder calidad.

Una inmejorable excusa para poner el sistema a prueba está a la vuelta de la esquina: el mundial de Alemania. Es que, pese a no tener los estrambóticos horarios de Corea-Japón, muchos de los partidos serán en horario de oficina. Y como en los trabajos suelen haber pocas teles y también jefes para todos los gustos y disgustos, si no querés perderte ni siquiera Irán-Angola, quedate tranqui. Cuando llegues a casa vas a poder mirar uno, dos, tres y hasta cuatro partidos (sí, en este mundial habrá hasta cuatro partidos por día) cómodamente sentado frente a tu PC.

Primero vas a tener que conocer un par de secretos y gastar algunos pesos, no demasiados:

Sintonizador de TV. Para captar los canales en tu compu, necesitás este aparatejo que puede ser una placa interna o un dispositivo externo.

La placa interna se calza en un slot o puerto libre PCI de la motherboard o placa madre. Esta es la fórmula más común, aunque requieren abrir y cerrar la carcaza y, obviamente, saber cuál es la placa madre y qué es un slot libre. En cambio, el externo va derecho a cualquier puerto USB, esos de enchufe con forma apaisada cuya ficha de conexión suele estar detrás de la compu.

Grabador de DVD. Físicamente son idénticos a los lecto-grabadores de CD y, por lo tanto, se conectan a la computadora igual que aquéllos. Sólo que, además de grabar y reproducir CD, hacen lo propio con DVD, tanto DVD-R (grabables por única vez) como DVD-RW (regrabables).

A falta de billetes, vale aclarar que no es un dispositivo que haga falta tener sí o sí, porque se puede guardar los archivos en el rígido. Pero si por muy interesante o por mera precaución el contenido merece una copia de respaldo (un backup), o bien si se impone hacer lugar en el rígido, convendrá tener uno para bajar el contenido a CD o a DVD vírgenes. ¿En qué difieren uno de otro? La capacidad: 4,3GB de un DVD contra 650MB de un CD.

Disco rígido bien grande. Los archivos de video almacenados en máxima calidad ocupan una barbaridad de espacio. Y un disco rígido estándar, de 40 u 80GB, se llena casi sin despeinarse.

¿Cuándo grabamos?

Aunque todo parece puro hardware, cada uno de estos fierros viene con su respectivo programa de grabación. Así que, una vez que todo encajó en su lugar, descargá los drivers, tomate cinco minutos para configurar un par de opciones y empezá a disfrutar de la maravillosa experiencia de hacer zapping, pero con la PC.

El manual no es imprescindible, salvo que no tengas ningún tipo de experiencia con programas. El soft te va a pedir, básicamente, que elijas el tipo de señal que recibe tu tele (antena, cable o satélite). Y el formato de archivo en el que querés grabar, su calidad y dónde guardarlo. Después, sí, podés dedicarte a aplicarle una andanada de chiches: convertir un formato en otro, agregarle efectos de audio y video y, la cereza del postre, mandar al diablo toda la cháchara publicitaria.


VHS, QEPD

Programar la video es un clásico. Y no sólo la propia sino la de toda la familia, e incluso la del vecino y el portero. Y siempre es el mismo incordio. Pues, de ahora en más, cada vez que te lo pidan vas a poder decir sin culpa: "Lo siento en el alma, pero me olvidé cómo se hace". Porque los sintonizadores de TV permiten programar todo igual que una VHS, pero más fácil y con resultados bastante más sofisticados.

Además de prenderse y apagarse a nuestro piacere, nunca más pasará que una grabación quede trunca (seguramente en la mejor parte, la del gol sobre la hora o del súperbeso contra la pared) gracias a que el videocasete... se terminó. Ni hablar de la calidad de imagen y sonido.

Pero ojito. Antes de romper el chanchito y correr a comprar una placa interna PCI, hay que cuidar las palabras. Porque un detalle aparentemente nimio puede mandar toda la operación al demonio y hacerte perder unos cuantos pesos: una cosa son las placas de video con salida a TV y otra las sintonizadoras.

El tema es así. Las primeras permiten ver la compu en la tele: juegos, páginas de Word, sitios web o lo que a uno le venga en gana. En cambio, las sintonizadoras para televisión (internas o externas) permiten ver los canales de aire, cable o satélite en el monitor de la PC. Es propiamente la operación inversa.

Hablemos de precios. Estas placas andan entre los us$46 y los 100. Traen una entrada para TV y, por lo general, control remoto para cambiar de canal. Algunos modelos: Genius Video Gonder Pro, Encore Eview y Pinnacle PCTV 110. Hay más profesionales por no menos de $700.

Para instalarla, primero desenchufá el equipo (salvo que quieras electrocutarte), abrí el gabinete, ubicá un slot PCI libre (son gricáceos, rectangulares y alargados) y dale a la placa con tanta suavidad como firmeza. Ante la menor duda, consultá con ese amigo del alma que siempre sabe más que uno. O, mejor, a un técnico que sepa de verdad.

Con el sintonizador todo es más fácil (aunque más caro), y ahí seguro vas a poder bastarte solo. Dale sin miedo a algún puerto USB, que en las PC más nuevitas vienen adelante y de a dos, más otros cuatro atrás. Si es de las viejas, están todos atrás. La antena o cable va a la entrada de TV. ¿Precio? De us$100 para arriba. ¿Marcas? DUB-T210, de D-Link (us$116), y Compro Videomate mini externa USB (us$105).

Un detalle para nada menor es la extensión del cable coaxial (o de la antena, satelital o colectiva). Como vas a tener que sacarlo de la tele y calzarlo en el sintonizador (ver Conexión limpia), tratá de tener la PC cerca de la tele, o bien conseguite un alargador. Segunda cuestión: la tele argentina de aire y cable transmite en la norma Pal N, pero Direct TV optó por NTSC. La mayoría de los sintonizadores son multinorma, pero no vaya a ser que compres justo uno con la norma equivocada.


El amor es más fuerte

El coqueteo PC-TV puede terminar en idilio total y con menos enredos. Pero para eso hay que tener plata. El último grito en la materia son las PC y notebooks que vienen preparadas desde la cuna para ver y grabar tele. Vienen de fábrica con sintonizador, grabador de DVD y el software casi listo. Un ejemplo es la notebook Commodore Mobile Center, que cuesta $6.000.

Ah, y por si a alguien cree que no todo pasa sólo por una buena imagen, con estos sistemas no sólo se puede ver y grabar la tele, sino también escuchar radio de la Argentina y del mundo. Y, por supuesto, también grabarla.

Miguel Distéfano
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